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Alejandro Uribe

CEO de Exile

Estuvo a cargo de la reestructuración de la división de contenido de Televisa. Como director ejecutivo interino de Blim, jugó un papel decisivo en el crecimiento de la empresa. Ingeniero de profesión, ha trabajado también en empresas como Sony Pictures Entertainment y Orange Telecom

El blockchain cambiará la manera en que muchas industrias operan

La tendencia de las plataformas OTT será la recalibración en el volumen, la calidad y la diferenciación en término de la oferta de contenidos.  

Llegamos a un punto en el que playing field es básicamente el mismo para todas las empresas de medios. Todas han creado o accedido a las mismas plataformas de distribución. Netflix perdió la ventaja que tenía de ser la primera y única de su escala y tipo en el mercado. Ahora hay más competencia y para poder competir, más que tener un gran volumen de contenido, estas tendrán que diferenciar su servicio basadas en la calidad de su programación. Eso fortalece la adquisición de propiedad intelectual (IP) y franquicias que ayuden a retener suscriptores. 

Además de revaluación del tipo de programación por plataforma OTT, también veremos apuestas en términos de derechos exclusivos de contenidos que tengan fandom, es decir, grandes audiencias de seguidores y fanáticos, siendo deportes el enfoque principal. Veremos a jugadores como Amazon que ya han experimentado con ciertos derechos, incrementando su oferta y a nuevos jugadores con hojas de balance robustas, como Apple, entrando a competir en este mercado.   

Blockchain y NFT

Por otra parte, la tecnología y la base de los NFT, el blockchain, tiene millones de posibles aplicaciones y un potencial enorme. Es una tecnología incipiente y vino para quedarse. Sin duda alguna cambiará la manera en que muchas industrias operan, incluyendo la nuestra. Como cualquier nueva tecnología con aplicaciones hacia el consumidor, conlleva el riesgo de valoración especulativa y alta volatilidad debido a la posibilidad de ventas secundarias. Dejarán de tener tantos altos y bajos una vez aumente el volumen de usuarios y su distribución sea más amplia. 

Es cierto que el valor actual de las ventas ha decrecido sustancialmente y que eso llevará a la desaparición de ciertas colecciones, pero eso no significa que las aplicaciones no lleguen a tener un crecimiento estable a mediano y largo plazo.

La habilidad que nos da esta tecnología para crear contratos inteligentes y hacer crowdsourcing de IP y sus derivados es algo que abrirá muchas posibilidades para que el público pueda participar en el valor económico del storytelling y las comunidades de fandom. Lo vemos en las grandes colecciones como Bored Ape y WoW, que son más estables debido a que sus comunidades siguen invirtiendo y siendo muy activas. Definitivamente está para quedarse, así como ocurrió con la burbuja del inicio del Internet y de muchas otras tecnologías que han revolucionado nuestras vidas a través de la historia de la humanidad. 

Por ahora, los NFT no son un vehículo de creación de contenido; son una forma de crear y probar fandom y el valor de ciertos conceptos y personajes. Eso le permite generar y probar ideas a esos creadores, y compartirlas con el público, para así informarse sobre la escala de las posibles audiencias para ese tipo de contenidos. A la vez, los ingresos que genera la venta de las colecciones sirven de recurso para seguir invirtiendo en nuevas ideas. 

En definitiva, es un gran momento para los creadores de contenido. Tienen más formas que nunca para llegarles a sus audiencias, formatos de contenido con menores restricciones (espacio digital sin límite y sin restricciones geográficas) y tecnología que permite producirlos a costos más bajos que nunca. Al contrario que en el pasado, ahora los creadores tienen la capacidad de publicar por sí mismos a través de self publishing platforms, y también cuentan con las herramientas para promocionar sus contenidos y llegarles directamente a sus audiencias sin ningún tipo de intermediario. Obviamente, esto también implica que hay más creadores compitiendo por atención, pero dentro de un ecosistema más transparente y más avenidas para contar buenas historias. La competencia siempre es buena para todos y resulta en mejores contenidos para las audiencias.