En 2022, las audiencias tienen más control que nunca sobre el contenido que consumen. Por un lado, los nuevos jugadores en la industria del contenido bajo demanda llegaron en un momento donde todas las personas buscaban distracción, mientras que otras navegaron nuevos contenidos y anunciaron más formatos para mantenerse vigentes. 

Veamos el ejemplo de la audiencia mexicana pues, en el período de aislamiento, durante 2020 registró un aumento en la actividad hasta de un 24%, de acuerdo al Global Entertainment & Media Outlook 2021–2025, mientras que en paralelo la industria tradicional caía hasta un 8,37%. 

En este sentido, la audiencia del país está descubriendo una alternativa para su entretenimiento, en donde ellos tienen la última palabra sobre los productos de consumo en los que quieren invertir su tiempo. 

Y es que, en este contexto, el live streaming no debería ser ninguna novedad, pues este formato es uno de los más representativos entre las audiencias jóvenes al generar un sentido de comunidad. Si bien más del 50% del contenido que se encuentra en esta forma se asocia con gaming, en los últimos años se creó un segmento de espectadores más casuales que ha sido determinante al momento de generar contenido que apele a sus gustos. Así, a pesar de contar con sus propias plataformas, publishers de contenido especializados en deportes, animé, noticias, tendencias, series de TV y hasta política han llevado el formato de transmisión en vivo a otro nivel por dos razones principales: la interacción y alcanzar a las audiencias jóvenes.

Y es que, ¿por qué ser espectadores de una aventura, cuando puedes involucrarte en ella? 

En este sentido, los productos OTT avecinan un cambio de paradigma sobre cómo la audiencia consume. Por ejemplo, las personas quieren no solo ser espectadores, sino también forjar su experiencia de entretenimiento, interactuando cada vez más con sus creadores y tener un sentimiento único. 

Lo que para muchos suena como el futuro, ya está sucediendo –o sucedió– en el live streaming: creadores cotransmitiendo la NBA o los campeonatos de fútbol que solo vivían en legacy media; estrenos de series a modo de watch party, maratones de animé y hasta el minuto a minuto de un conflicto, desde el terreno donde ocurre. Y eso, acompañado de herramientas y productos total y enteramente enfocados en explorar otros mundos y propiciar la interacción: extensiones, realidad aumentada, opciones de monetización y marcas que han dado el salto. 

La aceleración digital y la adopción del live streaming no ha hecho más que empezar –y la pregunta es, ¿qué tanto se han preparado los anunciantes y publishers de contenido para esto? Sea cual sea su respuesta, algo es seguro: la interacción no es el futuro, es el presente del entretenimiento.